24 abril 2007

Edmundo se suicida para siempre...

Me voy, no sé por cuanto tiempo ni tampoco a dónde. Que más da.

Sólo sé que yo ya no puedo ser yo y que no queda más remedio que un nuevo suicido simbólico. Edmundo pasará a mejor vida, no os preocupéis. Estos últimos dos años culminan para mí con el fin de toda esperanza, con convencimiento no obstante que diría Ángel González. Me retiro de los abismos neuróticos, me autoexilio de estos lindes lunáticos, del sentir amargo y dulce, de ideales loables con regusto a sempiternas derrotas, de ese furor divino de amor capaz de durar más 51 años, 9 meses y 4 días, de voces debidas, de palabras a Julia, de vientos del pueblo, de Granada,... El dolor es inmenso. La verdadera historia nunca explicada fue que Edmundo tras pasar por el Conde de Montecristo se rió de él todo el mundo y no tuvo más remedio que volverse al Castillo de If, que el deseo de venganza fue un fracaso, que ella no le volvió a amar, ni como Edmundo ni como Conde, ni como nada. Todo fue una ilusión más, un artificio, Edmundo creyó ver en la matemática, en los libros humanistas de su tiempo, en el ejemplo resistente de un jesuita, un retal de esperanza pero no, era quijotismo, no había ya aliento para tal cosa más que en la literatura. No me llaméis, no me enviéis correos, todo será vano y absurdo porque con el alba, mañana ya no habrá Edmundo.

A partir de ahora buscadme en el silencio. El genio de Chesterton, un defensor implacable de la ortodoxia, esa actitud tan necesaria para aquellos que aún hoy tengan esperanzas, decía: "La réplica más aguda es el silencio". Jamás entenderé como él pudo decir tal cosa. Pero para mí así es, renuncio más al uso de las palabras y sus significados tomándomelas en serio, tal cosa ya sólo puede provocar una mueca agria en mí rostro. Quizá me encontréis algún día por ahí, junto a Diógenes el cínico, en uno de esos días soleados junto a perros, orinando banquetes insignes, convenciones, normas sociales, quizá viviendo alguna que otra farsa, de responsable y pragmático padre, de profesional informático... que más da... si todo es absurdo.

11 comentarios:

Txiqui dijo...

Me caia muy bien Edmundo...
En fin... En Paz Descanse...

Edmundo V dijo...

Que pardillo... y te lo has creído...

Txiqui dijo...

Esto es como Bola de Drac...
Te ha resucitado el Drac Xeron?

Ender el Xenocida dijo...

jaja, yo pondría un máximo de suicidios al mes para los miembros del club. Si no, es un cachondeo, se pierde credibilidad y al próximo, esto será un pitorreo.
Saludos.

Edmundo V dijo...

Esto va a ser como el cuento... ¡que viene el lobo, que viene lobo!... y el día que os riáis de mí, que vuestra mueca ilusa os llegue de oreja a oreja, que no me creáis en absoluto, volaré como pluma al viento, en un acto de libertad al que no cabe renunciar, por la ventana...

No entiendo porque nos escandalizamos frente al suicidio, lo raro, lo triste, lo poco humano, es abandonarse al cuerpo, perder nuestra libertad, que estemos muriendo, en masa, en cadena, en camas de hospitales.

Saludos.

Txiqui dijo...

Pobre plátano...

Anónimo dijo...

a ver si nos centamos chatos que esto parece ya un culebron venezolano....

Edmundo V dijo...

¿Venezolano? Calla luso loco...

Anónimo dijo...

venezolano, mexicano... ¿que más da? Creo que todos se quedan cortos ;-)

Aquí se muere y se resucita a la velocidad de la luz.

¿Cuantas vidas le quedan a Edmundo? Más que nada para saber si tenemos que preocuparnos o no la proxima vez.

Edmundo V dijo...

Así es la vida, nacer, morir, volver a nacer, una y otra vez, sin fin...

Y respecto a Edmundo le quedan tantas vidas como esperanza y poesía...

Anónimo dijo...

Sí, a eso alguna vez Camus lo llamó recomenzar, ay como recomenzaba todo, en sólo eso uno se podía sostener.