15 diciembre 2009

Confesiones de un comunista enamorado


Resuelvo confesarme, mis fieles camaradas,
del estado alienado en que me vengo a ver,
todo esto bien lo saben sucintas almohadas
y unas cuantas vecinas que no tienen qué hacer;

que comencé a citarme, ya con cierta frecuencia,
con una hermosa ninfa de mi ciudad natal
y, sin que le suponga problemas de conciencia,
en un sentido neo, un tanto liberal.

Me olvidé, poco a poco, de las viejas rutinas;
entendí que dos cuerpos no preguntan porqué;
ni los dedos reclaman conjunciones divinas,
ni los sexos esperan a pedirse el carné.

Me ha cuestionado ideas que pensaba aprehendidas;
dudo, cuando está cerca, de todo cuanto creo;
mientras ella sosiega mis antiguas heridas,
duerme mi ideología en brazos del deseo.

Yo, que antes discutía en cualquier coyuntura,
blandiendo con orgullo mi conciencia de clase,
absorto, ahora la escucho a pie de su hermosura
y reniego de Lenin en la segunda frase.

Decoro aquellos libros que tanto releía
con pétalos de rosa y prendas perfumadas;
y lo confundo todo: la noche con el día
y a los capitalistas con bucólicas hadas.

Mi nuevo Manifiesto lo escribe Garcilaso,
mis pintadas nocturnas son tiernos corazones,
mi nuevo himno es su voz, que guardo, por si acaso,
grabada, y que reescucho en todas las reuniones.

¿Qué fue de mí?, ¿qué ha sido de mi marxista flema?
¿He perdido el oremus?, ¿la conciencia social?
Comienzo un alegato, se me torna un poema
y besarla es mi anhelo de justicia carnal.

Imploro, más que ayuda, una sentencia firme
que acataré aun a riesgo de sucumbir de pena;
deliberad veloces, no fuera a persuadirme
el eco reaccionario de un canto de sirena.

Servir, tal vez, pudiera en trabajos menores:
repartir octavillas, encolar lo que sea…
si la amarro al olvido con mis otros amores,
no la amaré a hurtadillas cuando nadie me vea.

O sugiero un exilio que reeduque mi juicio,
confinado en Siberia, lejos de esta pasión;
para el que vive al borde de un mortal precipicio
cualquier condena alivia su aciago corazón.

epc.

08 diciembre 2009

Plan E...

Cuándo nada funciona...

Plan E

Gobierno de España

(para quién sabe de que va este post... sobran más palabras)

12 noviembre 2009

Conmoción imprevista nº 57


Soy un tuerto en el reino de los ciegos,
un vampiro con un pase de día,
un mar de placidez entre dos fuegos,
un agente invisible de la CIA,

Ando un paso de más que los primeros,
yo sí tengo el derecho de admisión,
esquivo los disparos más certeros,
por siervo, tengo al rey de una legión.

Son mi lengua y mi voz como un zarpazo,
mi presencia, la ley a respetar,
descubro terra ignota de un plumazo,
la quintaesencia, en mí, encuentra su hogar.

Soy, al fin, el mismísimo infinito,
para verlos me tengo que encoger,
les podría aplastar como a un mosquito
pero es que apenas les consigo ver.

Ya ves, niña, con quién andas jugando,
hay poco que no baile a mi compás,
pero no sonrías así, que estoy temblando,
ni susurres me gustas nunca más.

El poeta cuántico. 12-11-09

29 octubre 2009

La moral del hombre invisible

Tras una agradable y reciente velada con mis morales amigos, pervivió en mí el debate interno sobre la moral y sus causas que espero trasladar aquí después de tanto tiempo de inactividad blogera. Cualquier excusa es buena.

El no matarás, cuyo origen primitivo bien podría responder a una estrategia evolutiva de éxito, según la cual las sociedades que mataban arbitrariamente no consiguieron dejar mucha descendencia, es un ejemplo extremo aunque provocativo pero, lejos de cuestiones evolutivas y hormonales, hablemos como seres superiores que somos: morales, culturales y tecnológicos. Este no matarás, que toma un carácter religioso por mandato divino, y más tarde humano por mandato interno de la razón (el Imperativo categórico de Kant) se torna a lo largo de la historia una ley civil surgida y realimentada por lo que llamamos "valor moral". Pero aquél que flojee en su moral y quiebre la ley será castigado por el resto de la sociedad, humillado, despojado de sus derechos de ciudadano libre y, en ocasiones, torturado y ejecutado.

¿Por qué no matamos? ¿Debido a un mandato interior (conciencia, moral, ética...) ajeno a las leyes oficiales o por esquivar el dolor, razón mucho más cercana a lo biológico (el dolor que supondría verse apartado de la sociedad, humillado, encarcelado...)? Quizá la pregunta no ha lugar, porque la respuesta es simplemente que sí matamos. Lo hacemos teniendo el arma adecuada, la oportunidad, el móvil y sobretodo la ausencia de testigos o, en su defecto, un consentimiento más o menos velado de la comunidad. Pero, tal vez, mis pretensiones fueron demasiado extremas, lo admito. Rebajemos la importancia del acto en sí, así como del castigo por hacerlo. ¿Por qué no robamos en el supermercado?, ¿por qué no espiamos a la vecina/vecino mientras se ducha?

Pero, si no importase la pregunta, ¿cuál es la situación en la que nos despojamos de accesorios y permite diferenciar claramente una causa altruista por el bien social del egoísta temor a ser castigado? Recordé entonces la famosa historia del hombre invisible.

Cuando el hombre común se torna invisible, un nuevo mundo se abre ante él. No es nuevo porque lo externo haya cambiado, todo lo contrario. Las leyes externas permanecen pero él ya no puede ser visto si se hurga en la nariz. El hombre invisible roba y espía a la vecina sin temor porque, tras unas horas o días de excitante confusión, se embriaga de ese estado dionisiaco en el que los griegos, o al menos algunos griegos, o quizá sólo el ideal griego de algunos expertos en lo griego daban rienda suelta. ¿O es que vamos a dudar de ello? ¿Permanece el hombre invisible años y años en un mundo de visibles ciudadanos temerosos de Dios -y de la ley del Hombre- sin llevarse unos cacahuetes de la tienda de la esquina o sin orinar en la calle pese a las ordenanzas municipales? Y, después de nimios escarceos, ¿qué no hará el hombre invisible sabedero de su poder y de que las más obscenas conductas no le supondrán ninguna consecuencia social?

Sigamos girando la tuerca, como Henry James, por acercar posturas con mis queridos y morales amigos. Coloquemos ahora al hombre invisible en una sociedad de hombres invisibles.
Todos pueden ahora delinquir sin ser vistos, no obstante, imaginemos algún mecanismo mediante el cual los ciudadanos pueden relacionarse -a tientas-, emparejarse, tener descendencia, drogarse, ir al supermercado y ver la televisión. En tal situación, mis morales amigos me advertirían que los valores morales preexistentes en las mentes de los ciudadanos (existentes antes de la milagrosa transformación) harán pronto que las leyes se sigan respetando más o menos como antes, a pesar de no ser vistos si las quebrantan. Porque, de otro modo, estaríamos admitiendo que si no hay castigo externo el valor moral pierde su razón de ser y se desmorona. Ya lo hizo con nuestro único y privilegiado hombre invisible pero tal vez ocurrió así porque era precisamente único en una sociedad que sí funcionaba mediante unas normas. La diferencia, el ser distinto era aquí el factor que rompía las reglas del juego.

Esa es la duda que me asaltaba, pues a veces lo que llamamos "valor moral" parece más bien un eufemismo de "temor al castigo". Por supuesto, es más gratificante creer que nos rodeamos de personas rectas inundadas de nobles principios universales que de miedosos semejantes cuyos actos dependen de algo tan vanal como el dinero de una posible multa o el temor a la soledad.

No niego lo moral. La moral existe, pero no creo que sea lo que decimos que es.

22 septiembre 2009

Seminario sobre El manifiesto Comunista

Volvemos a los seminarios, esta vez para ocuparnos de El Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Pocos textos han influido tanto y en tan poco tiempo en la historia de la humanidad, pocos textos en tan poco espacio han dicho tanto, pocos textos han levantado tanto temor, esperanzas, pasiones encontradas...

Aquí os dejamos el temario y las fechas:

Seminario sobre El Manifiesto Comunista

1. Un fantasma recorre Europa...
  • El texto como intervención política;
  • Dotar de realidad al fantasma...;
  • ¿Son las ideas una fuerza?¿El saber es poder?.
Sesión: 7/10/2009

2. Actualidad y límites de El Manifiesto
  • Dialéctica progresiva y optimismo en Marx;
  • Dos lecturas distintas de la polémica ley de correspondencia.
Sesiones: 21/10/2009 y 4/11/2009

3. La cuestión del sujeto
  • ¿Qué plantea Marx que es el partido en El Manifiesto?;
  • ¿Y el comunismo?¿Cómo es concebido?.
Sesión: 18/11/2009

Si estáis interesados o necesitáis más información escribrid a: clublunallena[at]gmail.com

01 julio 2009

Hola a todos;

os informo que para el próximo lunes día 6/07 ( y el resto de lunes de julio), mi compañera de trabajo (y amiga) Andrea organiza unas sesiones de documentales y charlas informativas sobre la violencia contra las mujeres en el Congo.

Éste es el programa para el día 06 y para el resto de lunes de julio;

06/07 Crímenes invisibles; W. Wenders, 2007 (25´) a las 22.00

13/07 The Greatest silence; rape in Congo J. Jackson, 2007 (76´)

20/07 Lumo; B-J N. Walker III

27/07 debate abierto/sesión música africana


El lugar en el que se harán las conferencias es Electric Bar, en Barcelona, Travessera de Gràcia 233 (metro L4 Joanic)
Hora: 22.00

Ya sabéis, si os puede interesar, nos vemos.

Saludos!

23 febrero 2009

...y yo, que no quería entrar en el museo Van Gogh...* ;)

Para R, vídeo que encontré en youtube...(había oído ya esta canción por la radio, en un programa que se llamaba "la gramola" que daban por la noche...no sé si aún existirá...)





P.D. Saludos a Andrea,fue su cumpleaños...¡¡que cumplas cien más!!

* "i jo que havia llegit tots els llibres" M. Mercè Marçal la germana, l´estrangera (l´experiència de la maternitat segons MMM)

28 enero 2009

Gabriel y yo

En el tiempo que llevo escribiendo en este blog nunca le he dedicado un post a Gabriel. Seguramente, por que lo hago en mi otro blog.

El otro día tenía en mis manos una preciosidad de libro, en él se encontraban dos discursos conmemorativos de Cien años de Soledad. Uno lo escribía el mismo Gabriel y el otro Carlos Fuentes, uno de sus grandes amigos. Fuentes nos detalla la sensación que tuvo al leer aquel (no sé si mal o bien llamado) Quijote Americano. También transcribe alguna correspondencia con Julio Córtazar, así como con Gabriel. En una de ellas, Gabriel le explica cómo está viviendo la experiencia de escribir el libro que le daría un nobel de literatura.

Espero que os guste este retazo de él:

"Jamás he trabajado en soledad comparable, no siento más punto de referencia que, quizás, Rabelais; sufro como un condenado poniendo a raya la retórica, buscando tanto las leyes como los límites de lo arbitrario, sorprendiendo a la poesía cuando la poesía se distrae, peleándome con las palabras. A veces, me asalta el pánico de no haber dicho nada a lo largo de quinientas páginas; a veces, quisiera seguir escribiendo el libro el resto de mi vida, en cien volúmenes, para no tener más vida que ésta..."

Carlos Fuentes la repite, de igual modo que voy a hacer yo, para abandonar al azar este post, que pronto olvidarán. O quizás no.

...para no tener más vida que ésta...