29 agosto 2006

Soma...

De simpatía pegadiza,
graciosilla,
con salero andaluz.
Vergonzosa,
de arranques comedidos
e impulsos empáticos.

Se oculta tras sombras inescrutables,
tras silencios que aclaman atenciones.
No se deja, no anhela amistades,
para ella todo hombre es un Hércules.

Ojos negros, brillantes,
sus pupilas desprenden haces de luz estelar.
Sus miradas son esquivas,
reflejo de ausencias,
quizá carencias.

De pelo liso, negro,
deslizándose sobre sus hombros,
escondiendo la mitad de su bello rostro.
Menudita toda ella,
facciones finas,
con curvas que definen, delimitan,
un universo corpóreo helénico.

Gestos al frente,
que escinden espacio y tiempo.
Manos finas,
dedos que alargan expresiones,
que escapan al lenguaje de sus labios.

De imagen melancólica,
paralizante,
te sumerge en el quietismo metafísico de las esencias,
como la divina,
como la Garbo,
imposible de amar activamente.

Una experiencia libidinal más
que avanza al abismo enigmático del olvido...
un día nada de esto será,
ni siquiera lo más bello perdura,
todo es efímero, fugaz.

Edmundo V

1 comentario:

Anónimo dijo...

te se