16 agosto 2006

La ideología es al quehacer humano lo que la gramática al lenguaje

Esta cuestión fue tratada de manera magistral por el filósofo francés Louis Althusser (¡otro apestado!), inspirado por Spinoza, Marx y su contemporáneo Lacan, en su obra Ideologías y Aparatos Ideológicos de Estado. Cuando una persona habla no piensa el orden en que dispone las palabras, la gramática del lenguaje aflora desde lo desconocido del cuerpo, de manera misteriosamente automática. La ideología dominante, una vez alojada en nuestra estructura somática, funciona de manera similar a la gramática. Cuando el lector de este breve trabajo pasa su mirada sobre estas líneas, cuando estas palabras dispuestas negro sobre blanco no le aparecen como una amalgama de símbolos desordenada y sin sentido alguno, está operando de manera espontánea la ideología hecha gramática.

Ilustremos esto con un ejemplo sencillo. Un amigo invita a otro y éste al día siguiente, o al cabo de unas horas tanto da, plenamente convencido de que hace lo moralmente correcto, le devuelve la invitación con la mejor de sus intenciones pero sin que se haya planteado seriamente su acción, sin una reflexión crítica previa a su acto de buena voluntad. El sujeto primeramente invitado, como vemos, se comporta tal y como lo hacemos la totalidad de los humanos en nuestra vida cotidiana actual. Pues bien, toda esta práctica moral, que brota en apariencia de ese “yo autotransparente y autoafirmativo”, encuentra su explicación material en las relaciones mercantiles propias de la sociedad capitalista. Ambos amigos, sin percatarse de ello, han realizado un intercambio de equivalentes, característica elemental ésta, ¡y ellos sin saberlo!, de toda relación mercantil.

Para el materialismo filosófico, por tanto, toda práctica moral está atravesada por la ideología dominante correspondiente a las relaciones sociales que organizan la vida material de nuestra sociedad. Aquí se haya la explicación de la desconfianza que tuviera Marx, a lo largo de su vida, hacia la ideología en general y hacia la moral en particular.

Edmundo V

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