03 mayo 2007

Al amor loco de los locos

Que no deje de escucharte
la voz que me deja roto,
que más parece el principio
de este mortal terremoto,
me esclaviza en el deseo,
me encarcela en una foto
que guardo como si fuera
mi envenenado tesoro.

Me olvido que con tu cara
nada pueden mis antojos:
todo es vano con la risa
que no entiende de cerrojos.
Muchas las noches son tristes,
alegres los días, pocos,
pretendiéndome una calma
que muere en tus labios rojos.

Que no cesen las campanas
el repique de los sordos,
el castigo de los necios,
la llamada de los locos
amantes que llegan tarde
a un amor nacido pronto,
locos de locura extraña,
locos, locos, locos, locos...

4 comentarios:

Edmundo V dijo...

Genial !

Muy bonito.

Te digo como a Iván, como a mi sueño cándido e inmaculado: Compañero, amigo, sin ti yo muero...

El amor. El amor, locura divina que nos posee sin freno, que todo lo mueve, que organiza el mundo, que nos arrastra a un viaje de la nada a lo eidético, al sentido... Amor loco, loco de contradicciones, de dificultades, de negativas responsables, de afirmaciones de pasión, de saltos abismáticos, de uno y otro frenesí de sentires infinitos, de cumbres solitarias de vastos horizontes... Ponte, ponte ahí, sí, ahí, en el borde, en el límite del mundo, donde el precipio acaba, donde comenzamos a ser otro, donde todo empieza como un alba de empuje universal, imparable...

Txiqui dijo...

Impresionante!!
Que poema más bello, es precioso.
Ya echabamos de menos tus poemas, poeta cuántico.
Y por supuesto... que no cesen las campanas!

Ender el Xenocida dijo...

Gracias, compañeros locos.
El poeta cuántico ha vuelto...

Shelley dijo...

Hoy que como casi cada día me he levantado luchando y añorando, que gracias a la vida hemos podido resucitar de lo muerto y de lo vacío. Hoy que se fue el desterrado de mi vida, hoy que ha logrado superar la verdad a la realidad. Hoy que ya no miento y digo la verdad. Hoy que estás sentado cerca, que siempre has estado cerca, que lees cerca y sabes cerca. Hoy que ya no sufro nada más que por recuerdos estúpidos. Que le abandono por ti y para ti. Y me abandono a los nados, a ver dónde me llevan. Hoy que resto en silencio y callada, he vuelto para leer la poesía del poeta cuántico para entenderla. Ya no hay nada que acabar, está todo por empezar.

Os quiero.