21 mayo 2008

Despedida nº 527

A Iván Martos, para que se la cante a quien deba...

Hay millones de cosas que yo nunca te he dicho
para no parecer a tus ojos idiota;
si bien no me importó quedar en entredicho,
no es correcto irme así, sin dejarte una nota.

Anduve largo tiempo buscando tristemente
tu mirada furtiva cayendo sobre mí
y mientras acechaba, oculto entre la gente,
me miraron algunas, de las otras que vi.

Las desdeñé tan pronto me indujiste un suspiro;
a las demás señales dije siempre que no;
quise que me miraras como yo ahora te miro:
con los ojos que llegan donde no llego yo.

Quise decirte ven, escapemos del ruido
de tu vida y la mía, y del resto del mundo,
pero, al ir a llamarte, cometí algún descuido
y relegué mi voz a un silencio profundo.

He sido una Penélope anhelando quimeras,
esclava de un engaño: hilando por el día
cien frases escogidas para que me quisieras
que, por la noche, otros, deshilan todavía,

un Tántalo famélico del que huye la comida
(que todo cuanto ansío se aleja de mi mano),
un Sísifo esquelético que hipotecó su vida
cargando eternamente con tu belleza en vano.

He sido cuanto he sido y, a pesar de mí mismo,
consigo pocas veces truncar la realidad
en este juego antiguo de sombras y espejismos
que no he sabido nunca perder con dignidad.

Menos por lo que he escrito, más por lo que he callado,
me retiro sin ruido; como vine, me voy;
te olvidarás que he sido tu loco enamorado,
que es así como algunos llaman a esto que soy.

Quizá sabré, exiliado, distinguir el sonido
que entre las voces tiene la palabra oportuna
o, como aquel poeta del que tanto he aprendido,
escuchar solamente, entre las voces, una.

El poeta cuántico. 20-05-08.

4 comentarios:

Txiqui dijo...

Gracias, Poeta, por hacer un poema de lo que no puedo decir...

Ender el Xenocida dijo...

¿Estás seguro?

Edmundo V dijo...

Un poema precioso.

Yo creo que NO está seguro.

Por cierto, poeta cuántico, no faltes esta noche... ¡Viva el gran Chikiliquatre!

Ricard Ribera dijo...

a veces el poco es peor que la nada por mucho que nos neguemos a asumirlo, porque duele más, porque te impide andar en direcciones provechosas. Comprendo el conformismo del poco por ser habitual practicante de él, pero quizá deberías decidir andar, cantar la canción que propone caminos compartidos. Sino les apetece andar, encontrarás otros caminos igual de interesantes para andar solo y encontrar compañía una vez empezados.
Lo important és caminar. El teu camí cap a Itaca. Canta!